En 2017, Tom Dumoulin se convirtió en el primer neerlandés desde Joop Zoetemelk en 1980 en ganar una gran vuelta. También un grupo de cinco amigos del Pajottenland guarda recuerdos entrañables de esa centésima edición del Giro de Italia. Pieter De Cort (44 años) recorrió todo el Giro en beneficio del fondo KID de la KU Leuven. “Fueron 3.572 kilómetros”, comenta con una sonrisa.

El Giro de 2017 comenzó en Cerdeña y llevó a los corredores hasta Milán. Wim Cloots, Bram De Saedeleer, Tom Van Damme, Pieter De Cort y Dimitri Berlanger copiaron ese recorrido (aunque Wim tuvo que desistir tras romperse un tobillo). Una hazaña impresionante, pero con un noble objetivo. Los cinco se esforzaron por ayudar a niños con enfermedades inmunológicas, ya que es injusto que mueran por una simple infección.

“Dos de los integrantes del grupo ya habían organizado una iniciativa similar durante la centésima edición del Tour, y al acercarse el Giro surgió la misma idea. La elección de la causa fue inspirada por Wim y el sufrimiento de su hija Eleonore. Así que la decisión fue fácil.”

“El más grande ciclista de todos los tiempos, Eddy Merckx, no dudó en ofrecer su apoyo. También su gran amigo y leyenda del fútbol Paul Van Himst decidió convertirse en padrino de nuestra acción. Ambos estuvieron presentes para despedirnos en la salida. Muchas empresas, asociaciones y patrocinadores nos dieron un impulso económico. A cambio, recibían un simpático osito de peluche como símbolo de su apoyo.”

El pelotón profesional pasó por el Etna, ascendió el Blockhaus y terminó en los Dolomitas. El recorrido acumulaba más de 44.000 metros de desnivel, y los diseñadores del trazado incluyeron guiños a los grandes héroes italianos. Una etapa reina por los Apeninos homenajeó a Gino Bartali, con paso incluido por su museo. La etapa 14 salía de su pueblo natal. “La etapa del Blockhaus, por su parte, fue un homenaje al Tamburlaine de los pedales. En 1967 ganó allí su primera etapa en una gran vuelta. Entonces aún se le conocía como velocista. Un dato curioso: las bicicletas que nos regaló eran del modelo Blockhaus 67.”

Los cinco héroes del ciclismo del Pajottenland recorrieron la misma ruta, siempre un día antes que los profesionales. “Por suerte contaba con una bicicleta Eddy Merckx de primer nivel, cortesía del propio maestro. Su marca nos facilitó cinco bicicletas para afrontar el reto. Luego se subastaron. Como colofón, Eddy Merckx Bikes creó una bici especial con la firma grabada del Caníbal. Se adjudicó al mejor postor. Fue tal el éxito que desde entonces sigo fiel a Eddy Merckx Bikes.”

Al principio, Pieter rodaba con una Eddy Merckx Wallers 73, un modelo que hace referencia a la victoria en el Infierno del Norte. “En enero de este año cambié a una Pévèle Carbon, para poder hacer también rutas gravel. La armé en colaboración con mi distribuidor De Coureur en Meise. Elegí un diseño retro y ruedas DT Swiss. Uso la Pévèle principalmente en carretera, ya que a la Wallers 73 le he puesto neumáticos de gravel.”

Más allá del cariño por la marca, Pieter destaca que solo hubo un verdadero ganador en esta historia: “Recaudamos 20.000 euros para el fondo KID. Eso realmente marca la diferencia. Y aunque solo hayamos salvado una vida con ello, ¡habrá valido la pena cada kilómetro!”

Finalmente, se llevó también un recuerdo muy especial del Giro. “Mi esposa me esperaba en la llegada a Milán. Nueve meses después nació nuestro hijo. Quería llamarlo Eddy, pero finalmente se llama Lance Edouard De Cort. Un bonito guiño a nuestra aventura.” Así, el Giro 2017 no solo cambió la vida de Tom Dumoulin, sino también la de un auténtico merckxista.