Pocos aficionados al ciclismo pueden presumir de tener 8 bicicletas, pero Ghislain Simons, de 54 años y oriundo de Lontzen, es un caso especial. Padre de dos hijos, guarda en su casa nada menos que 8 modelos de bicicletas Eddy Merckx. Es un gran apasionado de la Eroica, el legendario evento ciclista vintage que se celebra en la Toscana. “Y mis bicis siempre llaman mucho la atención en la Bota,” dice guiñando un ojo.

No hay nombre más bonito en el ciclismo que Ghislain, porque nos recuerda al instante a Ghislain Lambert, protagonista de la película de culto con Benoît Poelvoorde. Este ciclista valón, fiel al Cyclo Club de Baelen, se inspiró para su viaje a Italia en su mejor amigo Michel Schimtz, que lleva 25 años viviendo allí. “Insistió en que algún día teníamos que hacer juntos la Eroica de Montalcino.”

“Michel afirmaba que la Eroica era completamente diferente a eventos similares como los de Valkenburg. Tuve que darle la razón rápidamente. El ambiente es acogedor, la gente increíblemente entusiasta, y las carreteras y paisajes son impresionantes, ¡no hay nada comparable!”

Ghislain quería llevar sí o sí una bicicleta belga a Italia. “¿Y qué mejor opción que una Eddy Merckx? Encontré una Merckx Kessels de 1976 de mi talla. (Kessels era un constructor de bicicletas de Ostende que fabricó muchas para el Caníbal). Desmonté la bici por completo. Tuve que reemplazar, entre otras cosas, los platos, los cables y la cinta del manillar. ¡Ese tipo de restauración les encanta en Italia! Puede que esa bici ya no tenga mucho valor económico, pero para mí tiene un valor sentimental enorme. Y fue el inicio de mi pasión.”

Poco a poco, Ghislain fue ampliando su colección. Compró un maillot Molteni de esa gloriosa época y consiguió unas zapatillas de ciclismo desde Brujas. Incluso logró encontrar un conjunto de ropa FIAT por internet. “Cuando ustedes celebraron al Caníbal en Eddy Merckx Bikes, me puse un maillot amarillo vintage, también un pedazo de patrimonio.”

Ciclista desde principios de los años 70, Ghislain aún recuerda los últimos años del Caníbal. “Siempre he sentido gran admiración por alguien que, en mi opinión, representa al ‘auténtico belga’. Tras su carrera, continuó con éxito su marca de bicicletas, y comparto su amor por Bélgica. De hecho, ese amor fue el que me llevó al mundo de las Eddy Merckx Bikes. Las bicicletas están siempre bellamente acabadas y son de gran calidad. No hablo de las dos viejas Kessels Merckx, que, por decirlo de algún modo, están hechas con tubos de calefacción,” bromea.

“Me han contado que las verdaderas bicicletas Eddy Merckx son de los años 80. Se fabricaban en Meise y se podían pedir a la carta, completamente a medida. Por eso es casi imposible encontrar dos bicicletas iguales: son auténticas piezas de colección. Los equipos más grandes han corrido con ellas, y podéis estar muy orgullosos de eso.”

Pero la búsqueda de Ghislain aún no ha terminado. “Hay dos modelos que me encantaría tener. Incluso podrían volver a fabricarlos,” nos comenta. “Uno es un modelo de ciclocross de los años 80 con los mandos de cambio al final del manillar. El otro es un modelo de 1980–1981 con la firma de Eddy grabada en el cuadro, debajo de la tija del sillín. Esos dos completarían por completo mi colección.”